jueves

VOY A CONTARTE UN SECRETO

Durante cuatro meses tuve un trabajo de teleoperador. En total cerca de 2000 llamadas atendidas en casi 300h de tiempo efectivo de conexion y algo más de 800 mil incidencias ajenos. 
La idea de trabajar al otro lado del teléfono me sedujo, aun más cuando escuché a la responsable del proceso de selección pronunciar "técnico de ADSL". 
Atento a las proyecciones y los folletos que nos repartieron el primer día me parecía que se trataba de poco menos que una multinacional, subcontratada por otra multinacional claro..(?) 
Los dos primeros días del proceso nos citaron a unos 50 para la primera criba en un colegio de primaria de la congregación de Salesianos, la imagen de unos niños jugando a voley me transportó 15años al pasado.. 
La tercera mañana nos reunieron ya en LA PLATAFORMA a un puñado de bienaventurados, quizás 30 en dos turnos. Traspasamos las medidas de seguridad y se abrieron las puertas del ascensor en la segunda planta, inmediatamente un murmullo incesante secuestró al silencio, me pareció estar entrando al centro de coordinacion del pentágono o la sala de comunicación espacial de la NASA o a la sede de la CIA.. Decenas de empleados alineados con sus auriculares y micros, golpeando compulsivamente las teclas y el ratón, restregando sus pupilas por cada ricón de la pantalla, imaginé que de sus yemas pendían los hilos que sostienen el mundo.. (todavia no era zumbido ni perverso el murmulllo). Durante la semana que se prolongó el curso de formación me esmeré por disimular mi ignorancia informatica, en redes, internet o microsotf hasta el punto de no interesarme por conocer a los demás aspirantes y sentirme orgulloso por mi fechoría al descubrir que estaba entre los expertos seleccionados.  
Sospechaba que no sería fácil convertirme en un androide. Al principio me resultaba imposible crear una personalidad mecanizada y disociarla de la sincera ansiedad por ser natural. Era frustrante, extresante, agobiante repetir el procedimiento, ser amablemente corporativo y satisfacer al cliente con la huella del cronometro en el cuello y la indecisión en la mente. 
Para minimizar los daños en el organismo de sus cyborg, la empresa brindaba periodicamente ceremonias en las que nos daba la oportunidad de vomitar nuestra frustración después de que nos señalaran la distancia estadística que nos separaba de sus objetivos. Mal de muchos, consuelo de TODOS.. 
No obstante agradecido bastante, porque con lo negativo esta experiencia me permitió aprender intensivamente otro nuevo oficio, tambien crecer como persona conociéndome mejor a mi mismo y a los demás aprendí a verlos, tuve suerte, hubiera sido mucho más difícil con otros compañeros. Desde entonces no fuí el mismo cuando hablé con otros androides.


Abstraerse de la voz del auricular, del monitor, del metro cuadrado, del reloj, de la compañera, de las filas de enfrente y las mesas de los supervisores. Meditando, reconciliándome conmigo mismo, encogido en algún ricón de mi memoria como una reminiscencia de algun trabajo anterior, mientras mi cuerpo ofuscado se empeñaba en golpear mi frente contra un clavo oxidado en la pared, con la esperanza de dejar entrar la luz. Dibujé en el papel de notas los dictados del subconsciente como el trance de un medium psicógrafo.

EJEMPLO:

-...

-Sñra. García se encuentra delante de su router?

-Si claro, está aquí al lado del teléfono

-Muy bien, podría indicarme qué luces tiene encedidas si es tan amable?

-Ahora? Ahora mismo tres ..la del salón,  la cocina y la del cuarto del niño.

-Estupendo. Sñra. García se encuentra delante del router?

-Qué sí te estoy diciendo!

-De acuerdo, podría indicarme qué luces tiene encendidas el aparato por favor?

-No, aparato hay sólo en la cocina, en el resto de la casa son lámparas.

-Sra. García desconecte consecutivamente todos los cables de la casa. A continuación llame a la policía. Colabore y no le ocurrira nada.